La Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) realiza un Informe explicando el por qué el “0-3” es EDUCATIVO
-AMEI-WAECE envía una carta informativa junto con un Dossier a D. Ignacio Wert, Ministro de Educación con motivo de sus recientes declaraciones ante Comisión de Educación del Congreso donde afirmó que “la educación de 0 a 3 años no es educación, es básicamente conciliación” en el que explican porque el primer ciclo SI es educación.-Como avalan los informes internacionales, la educación debe comenzar en el nacimiento, momento en el que las posibilidades de constituir nuevos circuitos neurológicos son infinitas.-La postura de España al respecto va en contra de las recomendaciones del Consejo de la Unión Europea (2011/C 175/03), en concreto del punto 3 y del 9. Una atención a la infancia de alta calidad puede contribuir en gran medida al éxito de la Estrategia Europa 2020.-Según el premio Nóbel de Economía del año 2000, J. Heckman, la educación desde el nacimiento es altamente rentable desde el punto de vista social y económico.-Si no se hace todo lo posible para que cualquier niño desarrolle plenamente sus potencialidades se estaría atentando contra los Derechos de los Niños, reconocidos universalmente.
Madrid, 2 de Abril de 2012. Las incorrectas definiciones de conceptos aparentemente sinónimos como EDUCACIÓN y ENSEÑANZA, en ocasiones, nos han llevado a incongruencias y polémicas que si analizamos con detenimiento carecen de sentido y nos conducen a otorgar a la educación en la primera infancia un carácter asistencial y no educativo que no es real. Además, la falta de clarificación de los fines del sistema educativo, el desconocimiento por parte de los legisladores de las particularidades de esta etapa del desarrollo de los niños y motivos económicos han hecho que tradicionalmente se haya separado la educación de los niños en la etapa 0-3, en palabras del Ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, “una etapa no educativa, sino de conciliación”, de la etapa 3-6. De esta forma,la educación en la primera infancia no ha tenido la suficiente repercusión en el ámbito social, y en la educación general. El primer ciclo, inevitablemente, lleva colgado el cartel de “asistencial” y el segundo tiene un valor marcadamente educativo.
Pero, ¿qué es educación? La Convención Universal de los Derechos del Niño en su artículo 29 nos proporciona de una manera implícita una aproximación a su definición: “Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades”. Por su parte, la R.A.E define educar como: “desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos…” De esta manera, el concepto de educación tenemos que entenderlo como potenciación al máximo de las cualidades del niño, y no como simple transmisión de conocimientos. Por el contrario, la R.A.E define Enseñar como “Instruir, doctrinar, amaestrar con reglas o preceptos”, llegando de esta manera a una sencilla conclusión: Educación y Enseñanza no son sinónimos. Entonces, ¿por qué negarle a la etapa 0-3 todo su valor educativo cuando es el periodo en el que los niños asimilan mejor –y más– conceptos y donde se desarrollan sus potencialidades a más velocidad y con más éxito?
-El niño de 0 a 3: un universo de posibilidades: cuando el niño nace, tiene todo un potencial de posibilidades, pero éstas serán vanas si no reciben estímulos exteriores que provoquen unas reacciones que a su vez, permitan a esas funciones ponerse en marcha, perfeccionarse y desarrollarse plenamente. El primer periodo de la vida es esencial para el desarrollo de las funciones neuropsicológicas necesarias para el crecimiento afectivo, comunicativo e intelectual. La acción de los estímulos exteriores, la acción del medio, no significa el todo o nada, pero sí logrará que dentro de los límites marcados por la situación biológica y neurológica, el desarrollo del pequeño sea más o menos amplio.
El niño necesita desenvolverse en un ambiente adecuado y bajo unos estímulos correctos que permitan a los millones de neuronas con las que nace, establecer conexiones entre ellas (sinapsis). Desde el momento en el que el cerebro se empieza a formar las posibilidades de estas conexiones son ilimitadas. En estos primeros años se localiza el PERIODO SENSITIVO DEL DESARROLLO, momento en el que una determinada función psíquica encuentra las mejores condiciones para su surgimiento. De no darse en este momento, no se llega a ella nunca o se alcanza de forma deficiente.
A partir de los 7 u 8 años, las posibilidades de constituir nuevos circuitos son prácticamente nulas. Evidentemente, los adultos aprendemos nuevas habilidades, pero lo hacemos utilizando las conexiones neuronales que ya se establecieron en la infancia. Investigaciones realizadas por la Carnegie Corporation, en Estados Unidos, revelan que “la estimulación realizada más tardíamente, como sucede cuando el niño tiene más de tres años, también logra mejorías en el desarrollo intelectual de estos niños, pero nunca llegan a alcanzar el nivel de logro de los que empezaron a una edad más temprana”.
-¿Por qué educar desde la primera infancia?: la primera infancia constituye una etapa fundamental en el proceso de desarrollo y formación de la personalidad, es el momento en el que se sientan las bases para un crecimiento saludable y armonioso del niño. La asistencia de los niños y niñas a un centro de primera infancia tiene una serie de ventajas:
- Socialización: el niño aprende a compartir, a esperar y a respetar, acciones que forman parte de la integración del niño en los demás estamentos sociales.- Prevención de déficits: el centro nos posibilita el seguir paso a paso el proceso de desarrollo y maduración de cada niño. De esta manera, seremos capaces de detectar los posibles déficits que se vayan produciendo. Esta actuación preventiva será fundamental para el desarrollo de los niños. Según los estudios de la Carnegie Corporation, los menores considerados en la categoría de alto riesgo y que tuvieron la posibilidad de asistir a programas educativos durante los primeros meses de edad, redujeron el riesgo de retraso mental hasta un 80%.- Posibilidades de experimentación: los centros de primera infancia están formados en función de las necesidades de los niños, ofreciendo mayores posibilidades para la manipulación y exploración de los objetos y el espacio que las que encontramos en el hogar.- Motivación/imitación: observar y admirar a otros compañeros sirve de gran motivación en determinados aprendizajes. La imitación nos permite alcanzar algunos de los objetivos de la primera infancia de forma más rápida como el control de esfínteres, comida, aspectos motores…- Sensibilidad: los educadores facilitarán los medios para favorecer el desarrollo integral del niño, generando afecto, amistad, compañerismo, ternura…
-Educar en familia o en el centro: la familia, generalmente, carece de las posibilidades y conocimientos para poder ejercer de manera consciente y técnicamente dirigida estos estímulos que los niños necesitan desde su nacimiento. Se requiere de la participación de otros agentes educativos que dirijan las acciones de estimulación en un sentido apropiado, lo que permitirá lograr niveles superiores de desarrollo. Estas acciones se materializan en un curriculum que, de manera planificada y metodológicamente bien organizado estructura y dirige los estímulos que recibirá cada niño en su devenir evolutivo. Además, es inevitable que las diferencias que se dan en los distintos ambientes familiares tengan repercusiones en la educación de cada niño, unas repercusiones que la educación de la primera infancia deberá compensar. Por otra parte, los organismos internacionales abogan por los centros, ya que ello permite a los padres una opción libre en lo que se refiere a la distribución de su tiempo entre su vida profesional y familiar.
Para que alcancemos los objetivos deseados con la educación del niño, no podemos olvidar que el niño convive, crece y se comunica con la familia, y a ella le corresponde en primer lugar, el derecho y el deber de educar a sus hijos. Un trabajo en equipo entre las familias y los centros de primera infancia eliminarán la duplicidad y controversia en la creación de los criterios básicos.
La sociedad y los poderes públicos tampoco deben mantenerse al margen. Deben facilitar, mediante los recursos que sean necesarios, los elementos precisos para el desarrollo de las capacidades personales del niño. El éxito y la disminución del fracaso escolar vendrá marcado por la actuación en una misma dirección de estos tres vértices que componen la educación de los más pequeños.
-Recursos económicos empleados: según el premio Nóbel de Economía del año 2000, J. Heckman, la educación desde el nacimiento es altamente rentable desde el punto de vista social y económico. Para Heckman las capacidades de una persona son también una forma de capital humano y por ello, hay que empezar a estimular estas capacidades desde el nacimiento, ya que a partir de cierta edad es difícil conseguir cambios. En sus estudios, Heckman llegó a la conclusión de que “por cada dólar invertido por niño en la educación inicial, el rendimiento era entre el 7 y el 10% anual a lo largo de la vida”. Según Mary E. Young, del Banco Mundial, “invertir en educación en los primeros años es invertir en el futuro”.
- España en contra de la Postura de la Unión Europea: Una mejor educación desde la base, posibilita un mejor tránsito por la vida escolar, con lo cual habrá menos fracaso escolar, como multitud de estudios ha demostrado y recomienda el Consejo de la Unión Europea (2011/C 175/03) cuando reconoce:
3. A este respecto, la provisión de un acceso equitativo y generalizado a una educación infantil y a una atención a la infancia de alta calidad puede contribuir en gran medida al éxito de la Estrategia Europa 2020 y, en particular, a la consecución de los objetivos principales de la UE: reducir la tasa de abandono escolar por debajo del 10 %, y salvar al menos a 20 millones de personas del riesgo de pobreza y exclusión social.
Sería coherente con la línea de actuación del Gobierno que en España sigamos las indicaciones de la citada recomendación del Consejo de la Unión Europea cuando dice (textual):
9. La educación infantil y la atención a la infancia tienden a recibir menos atención que cualquier otro nivel educativo y formativo, a pesar de las pruebas que demuestran que una inversión eficaz en la calidad de la educación de los primeros años tiene mayor efecto que la intervención ulterior y produce apreciables resultados a lo largo del ciclo vital, en particular para los desfavorecidos.
En definitiva, iniciar el proceso educativo a partir de los 3 años, no sólo es un grave error educativo, sino que es un serio error científico dentro de la concepción del desarrollo, y nunca se alcanzará el máximo de las potencialidades físicas y psíquicas de los niños que pudieran haberse logrado de iniciarse su proceso educativo desde el nacimiento.
Ya tenéis un millón de premios, pero os los merecéis, así que uno más!!
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¡Mil besos!
Muy buena esta entrada!!!!! cariñosssssss
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