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Contando cuentos en igualdad

El cuento es un recurso ampliamente usado en nuestras aulas y ha sido vehículo educativo especialmente en Educación Infantil, y primeros ciclos de Primaria, aunque también puede y debe usarse en otros niveles y etapas educativas.

A través de él hemos inculcado a las nuevas generaciones los valores dominantes, hemos socializado a los niños y a las niñas, contribuyendo, de este modo, a mantener el «equilibrio» y el poder establecido. Es uno de los recursos didácticos más potentes de los que disponemos. 
A veces, lo usamos con el objetivo de enseñar lengua, oral o escrita, otras como elemento motivador para introducir contenidos conceptuales y, en muchas ocasiones, como eje alrededor del cual van a surgir todas las actividades de una unidad didáctica, pues no podemos olvidar el sinfín de posibilidades que nos ofrecen estas historias, que a todas las niñas y a todos los niños les encanta escuchar.

La primera función que tiene el cuento es el deleite, disfrutar de las historias, de los personajes, de la magia, de los hechos atemporales… Pero no es esta su única función: si queremos hacer efectiva la coeducación desde los inicios de la escolarización formal, es preciso leer los cuentos y contarlos críticamente y desde una perspectiva de género, puesto que, junto a los valores positivos que transmiten, se cuelan mensajes y estereotipos sexistas más o menos explícitos que hay que aprender a desvelar y contrarrestar también desde las aulas, sin que ello signifique anular el placer de su lectura. 


A continuación os dejo una selección de cuentos libres de contenidos sexistas y estereotipos de género para contar en casa y en nuestras aulas a nuestros niños y niñas:





1. ¡Pink! El pingüino que se volvió rosa

Un día al despertar, Patrick se da cuenta de que durante la noche se ha vuelto rosa. ¡De color rosa de los pies a la cabeza! ¿Qué van a pensar sus amigos? Patrick sale preocupado en busca de otros compañeros de color rosa. Después de cruzar los océanos encuentra a un grupo de flamencos, también de color rosa - ¿Le aceptarán? 
Patrick enseguida aprende que la amistad no es nunca blanca o negra, sino que está llena de matices y que los auténticos amigos te aceptan seas como seas.

2. La Cenicienta que no quería comer perdices


La Cenicienta que no quería comer perdices es un cuento moderno y de corte realista, Nos muestra la situación de mujeres que un día descubren que su vida no es el prometido cuento de hadas que se creyeron. En la obra se reinventa el cuento clásico de La Cenicienta con una protagonista vegetariana y a su vez rebelde.

3. La historia de los bonobos con gafas 

Los bonobos son unos monos muy monos que viven felices y contentos en un bosque de manglares. Su mayor preocupación es cómo ocupar el tiempo y se dedican a hablar entre ellos, reír, aprender palabras nuevas, dormir, comer…


Las bonobas son las hembras de los bonobos y no se dedican a hablar, reír y aprender palabras nuevas; ellas se ocupan de recolectar la comida, buscar frutas frescas, semillas alimenticias, cuidar de los bebés…, y, claro, no aprenden cosas nuevas.



Los machos viajan, aprenden y se ríen de las hembras cuando estas intentan saber igual que ellos o usar gafas de sol, por ejemplo; pero un buen día ellas se cansan y deciden marcharse lejos de los machos y vivir en comunidad, compartiendo las tareas y dedicándose a otros menesteres importantes como componer música o escribir relatos.



Cuando los bonobos descubrieron que nadie les llevaba la comida ni les facilitaba sus tareas, anduvieron desconcertados y, al parecer, algunos decidieron acudir donde las bonobas, compartir las tareas y vivir en comunidad.




4. Monstruo rosa


Era rosa y los demás blancos. Monstruo rosa era grande y los demás pequeños. Siempre sonreía con cualquier tontería, pero a los demás su pico se lo impedía.

Un cuento sobre el valor de la diferencia. Una historia para entender la diversidad como elemento enriquecedor de nuestra sociedad.

5. Cuentos en verso para niños perversos


¿Sabías que Blancanieves era la jefa de una banda de enanos apostadores? ¿Que Caperucita coleccionaba abrigos de piel de lobo? ¿Y que el lobo feroz pretendía hacer volar la casa de los Cerditos... con dinamita?

6. Rosa Caramelo

Aislada en un jardín, Margarita es la única elefanta del grupo incapaz de conseguir que su piel sea de color rosa caramelo. Cuando sus progenitores desisten de imponerle ese aspecto, por fin descubrirá el significado de la libertad y abrirá el camino de la igualdad para sus compañeras.




7. ¿Las princesas usan botas de montaña?

Todas las niñas curiosas se preguntan cómo es eso de ser una auténtica princesa. En el interior de ¿Las princesas usan botas de montaña? hay una niña enérgica, moderna y llena de vida que tiene muchas preguntas que hacer a su madre. Al final del libro, un marco ilustrado alrededor de un espejo responde a la pregunta más importante de la niña. Este libro brinda una dulce lección sobre la aceptación de uno mismo y anima a los niños a perseguir sus sueños y a dejar su propia huella en el mundo.


A la pequeña Laura le ha surgido una duda muy importante después de una larga discusión en clase sobre Cenicienta. Su amigo Marcelo les ha confesado que la famosa princesa se tiraba muchos pedos. Afortunadamente, el padre de Laura, al que le gustan los libros y las buenas historias, posee el libro secreto de las princesas, donde Laura encontrará las respuestas a todas sus preguntas.


Esta noche es el gran carnaval del bosque y todos preparan sus disfraces: Mamá Osa acaba de coser su disfraz de Bella Durmiente, Papá Oso se ve fantástico disfrazado de Lobo Feroz. «¿Y tú, Osito?» «¡Yo, de Ricitos de Oso!»
A Papá Oso no le gusta la idea de que su hijo vaya con falda y coletas rubias e intenta persuadirle para cambiar de disfraz, pero Osito se mantiene firme.



Carlota era una princesa rosa. Con su vestido rosa, su armario lleno de ropa rosa. Pero Carlota estaba harta del rosa y de ser una princesa. Quería vestir de rojo, de verde o de violeta... No quería besar sapos para ver si eran príncipes azules. No quería príncipes azules. Carlota siempre se preguntaba por qué no había princesas que surcaran los mares en busca de aventuras. O princesas que rescataran a los príncipes de las garras de un lobo feroz. O princesas que cazaran dragones o volaran en globo.


La catástrofe lo pone todo patas arriba: les deja sin hogar y altera por completo sus vidas. Pero es la señora Ratón la que encuentra la solución. De una vida monótona, a las aventuras y los nuevos roles en la familia.

Antes de la catástrofe la familia Ratón vivía en una modesta madriguera entre la cocina y la alacena de una lujosa casa, en un barrio elegante...

El orden metódico y la monotonía marcan la vida de esta familia, donde los roles están estrictamente marcados: el señor Ratón sale muy estresado del trabajo y regresa junto a la señora Ratón, que tiene la casa limpia y la cena preparada, y sus hijos, que le esperan para escuchar con atención sus historias.

Aquella madre y esposa "dulce, modesta y dócil" rescata con valentía a toda la prole, habilita de la nada una nueva madriguera y, a partir de entonces, los pequeños ratoncillos y ella misma comienzan a experimentar emocionantes aventuras y a desarrollar nuevas facetas.


Al casarse, Clementina soñaba con una vida llena de aventuras y descubrimientos. Arturo le proporcionaba una vida tranquila y sin sorpresas. Un día decide vivir a su manera, elegir por si misma y tomar sus propias decisiones. Cuando Arturo encuentra su casa vacía no entiende nada.

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2 comentarios:

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