La grafomotricidad es una fase previa a la escritura ya que supone el entrenamiento para la realización de movimientos básicos que forman parte de la correcta direccionalidad y trazado de las letras.
La grafomotricidad entraría dentro del desarrollo motor fino, esto es, aquel que aparece cuando el niño ha desarrollado cierta capacidad de controlar los movimientos, especialmente de manos y brazos. El niño mientras crece va aprendiendo a controlar cada vez más su cuerpo.
El objetivo de la grafomotricidad es que el niño adquiera las habilidades necesarias para que llegue a expresarse por medio de signos escritos, mediante ejercicios que permitan el mayor dominio del antebrazo, la muñeca, la mano y, sobre todo, los dedos. Para ir adquiriendo las habilidades grafomotrices comenzamos por el trazo libre, permitiendo al niño dominar el espacio y adquirir soltura con los utensilios básicos, para ir introduciendo progresivamente pautas y trazos dirigidos.
Los movimientos de base pueden ser los trazos verticales, (de arriba abajo), horizontales (de izquierda a derecha), evolucionando a los oblicuos, bucles … hasta llegar a adquirir la imagen motriz más compleja de las letras, sílabas, palabras.
Para practicar los trazos definidos utilizamos una plantilla plastificada con rotulador y borrador que tenemos en clase y las podéis imprimir y preparar en los siguientes enlaces:
Dentro del pensamiento lógico matemático se encuentra el proceso de la clasificación, que es la capacidad de agrupar objetos haciendo coincidir sus aspectos cualitativos o cuantitativos, combinando pequeños grupos para hacer grupos más grandes y haciendo reversible el proceso y separando de nuevo las partes del todo. Para clasificar, el niño requiere del conocimiento físico y de la habilidad para reconocer las semejanzas y diferencias entre los objetos para agruparlos de acuerdo a ellas. Surge, en forma natural, de los intentos de los niños darle sentido a su mundo desde las primeras etapas de contacto con los objetos concretos.
De manera general, se puede decir, que la clasificación constituye una serie de relaciones mentales en función de las cuales los objetos se reúnen por semejanzas, se separan por diferencias, se define la pertenencia de un objeto a una clase y se incluyen en ella subclases.
Al clasificar el material el niño forma grupos de objetos y los separa de otros de acuerdo con el criterio que haya o hayamos elegido (en este caso): forma, color, tamaño, grosor, entre otros. Cuando el material presenta superficies diferenciadas el niño no se limita en agrupar por un solo criterio, sino que a medida que observa y explora los objetos, va descubriendo otras características.
Nosotros utilizamos carteles de colores diversos, pero en entradas anteriores os muestro los que realicé en su momento para decorar el aula y otras actividades como estas:
- Los colores primarios
- Los colores secundarios
- Otros colores como el rosa, el blanco, el negro y el marrón,
Una entrada muy interesante. Gracias por compartirla. Un abrazo.
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